El dolor de rodilla es uno de los factores más comunes tanto en personas que entrenan como en aquellas que no realizan una actividad deportiva frecuente.

Sin embargo, el dolor de rodilla no siempre indica que el problema se encuentre en esta parte de la pierna.

Dolor de Rodillas: Causas

Sabemos que los problemas de rodilla, se pueden deber a diferentes factores y para eso, hay que tener en cuenta el historial de cada persona.

Pero, una de las causas más frecuentes es el posicionamiento de la pelvis.

Los patrones que adquirimos en nuestro día a día y las demandas de los diferentes deportes, hacen que nos quedemos estancados en un patrón determinado. Este patrón en el 80% de los casos, hace que el fémur se encuentre rotado internamente por la posición de la pelvis, que se encuentra rotada hacia delante, orientando toda la pelvis hacia de la derecha.

Esta rotación y orientación de la pelvis, hace que la pierna izquierda, esté rotada internamente.

Para mantener el pie izquierdo alineado, como compensación del fémur izquierdo colocado internamente, la parte inferior de la pierna rota en la dirección opuesta.

Esto provoca que el fémur esté rotado internamente y la tibia compense rotando externamente.

Esto, da como resultado lo que conocemos como “valgo de rodilla”, suponiendo un estrés concretamente en el ligamento colateral mediano y la cápsula articular, debilitando así, los diferentes tejidos.

No ser capaces de mejorar este patrón, afecta a la mecánica de la articulación femorotuliana y crear estrés y tensión adicional en el ligamento anterior cruzado. Como resultado, la rodilla se convierte en foco del dolor.

Cómo aliviar el dolor de rodilla

Como tal, no se puede tratar el dolor de la misma, sino que deberíamos analizar la posición del fémur y de la tibia.

Muchos de los protocolos existentes o abordajes de cara a la rehabilitación de rodilla se olvidan de tener en cuenta la posición en la que se encuentra la pelvis. Por lo que, aunque se trabaje la musculatura de alrededor de la rodilla, esta solo va a proteger, pero no se está yendo al posible origen.

El dolor en cada persona, depende de diferentes factores y será necesaria una valoración previa por un profesional cualificado.

En términos generales y algo que debemos tener en cuenta es:

  1. Atender al reposicionamiento de la pelvis.
  2. Trabajar movilidad y fuerza de la pelvis y fémur izquierdo.

De esta forma, estaremos quitando estrés a la rodilla y el dolor disminuya o desaparezca con el tiempo.

En la próxima entrada, para una mejor comprensión, entraremos más en detalle sobre el patrón acetábulo-femoral izquierdo.

Si esto te resuena y quieres adquirir herramientas para entrenar sin dolor, en la susQripción mensual, abordamos todos los meses el trabajo de la pelvis.